lunes, 23 de marzo de 2009

Rugby: Pasion por la agresion, exaltacion de la vida.


Aquel sábado me levante nervioso. El día anterior alguien en el Messenger menciono la palabra rugby. Cuando leí esas palabras escritas en arial 12 color rojo no pude rechazar el preguntar cuando y donde.



Necesitaba investigar en que me había metido. ¡Maldición wikipedia funciona! ¿En que mierda me he metido? Me pregunte, cuando salió una foto de hombres reventando, como olas del mar, contra sus adversarios, unas rocas iguales de duras que las fuerzas del océano.



Mi instinto asesino intervino, ya sabía lo que era el rugby. Alguna vez lo vi, esa imagen, hombres sin protección corriendo con un balón en sus manos y otros interviniéndolos cruelmente para no dejarlos avanzar. Era un deporte delicadamente violento.



¡Voy a jugar rugby! Grite, como cuando Arquímedes grito: ¡Eureka!, Al ver la magnitud de su estupidez. Entonces lo supe, iba a ser una victima de la furia del mar o de las rocas, me daba ya igual.



Llegue solo, eso le añadió mas tensión. En la entrada de mi funeral había un ambiente de desolación, el vigilante de la puerta principal de la universidad tecnológica me daba la bienvenida a mi propio entierro.



La brisa levantaba el polvo, mi instinto me empujaba dos pasos adelante y uno atrás. Subí una escalera que daba a la cancha y cada peldaño fue contado en mi mente. Lo primero que vi fue un campo de guerra, zonas poco pobladas de una grama medio muerta y medio viva, faltaba mucho para ser grama y poco para ser un desierto. Los hombres, grandes, bajos, flacos, gordos. No había razas, era una batalla de miradas tímidas y agresivas.



Busque a alguno de mis dos conocidos, los únicos entre tantos desconocidos. Por fin, uno de los míos. Luchito. Por dios lucho hazme reír con tus ocurrencias. Quítame este estrés. Y lo hizo. Me saco una sonrisa con una de sus típicas mariqueadas, me lanzo un besito.



-¿Vas a jugar Dave?-. Me pregunto sin siquiera saludarme. Pero por favor, si tu lo harás y no es que estés en mejor condición que yo, pensé. - Lo hare -Respondí.



Y lucho me mando inmediatamente a conocer las reglas donde un camaján de esos, en el centro de la cancha, allí habían varios nuevos reunidos en circulo. No se puede pasar el balón hacia adelante a menos que sea pateado, no se puede agarrar arriba de la cintura a tu oponente para tumbarlo, cosas así, aprendí. Me dieron mi posición, tú corre, me dijo el capitán del equipo que me había adoptado, los suéteres blancos, tu eres de los suéteres blancos.



El sol fue tapado por una nube, mala señal, el tiempo se paro y yo no quería que reiniciara. Ya no hay marcha atrás. Alex, mi segundo conocido, llego tarde. Eso freno mas ese tiempo. No sabía si maldecirlo o saludarlo. Lo salude, opte por la peor decisión. Como si yo no estuviera allí, inicio todo.



La guerra las bombas los hombres caídos las líneas formadas yo tenia que recuperar correr el novato se tenia que esforzar yo tenia que hacer mas tenia que hacerme notar dejar salir al animal me lancé a agarrar ese balón en forma de huevo y corrí y lo agarre y lo pase atrás y me canse y pare.



Había hecho algo, tengo que detenerme, el maldito cigarrillo hacia efecto en mi cuerpo que se agotaba tras una que otra correndilla.



Cada vez me arriesgue más, no me podía dejar pordebajear, tenia que sufrir como aquel que caía a mi lado y rodaba, como otros que caían y rodaban y se raspaban.



Y me metí más en el conflicto, tratando de evitar golpear de frente con alguien más grande que yo, quería tumbar, recuperar y correr.



Alex anotaba los primeros 5 puntos llegando al final de la cancha gracias a un oportuno pase. Ahora yo quería llegar donde Alex había llegado.



Mi oportunidad llego cuando a uno de los suéteres blancos, mi equipo, le resbalo el balón a mis manos mientras corríamos lado a lado.



Me lancé, la atrape y corre forest. Era tan gracioso, me sentía estúpido y a la vez asustado. Nadie se metió y corrí como si el diablo me persiguiera. Llegue al final de la cancha, toque el suelo con el balón y oh dios, ¿es falta? Que yo estaba adelantado del que me paso el balón, bueno que culo, corrí, hice algo.



Corrimos, atrapamos, nos reventamos, nojoda por fin, el primer tiempo había acabado.



Las mujeres llegaron a animar el descanso, en ese mierdero no había notado que las chicas iban a practicar también. Salieron unas en licras muy sexys, otras, como Lina la novia de Alex, un tanto mata pasiones. Los muchachos tomábamos agua y las veíamos riendo a carcajadas con las ocurrencias de Lina, que uno de los chicos la asimilo con un niño, fue para cagarse de risa. Así nos hicimos un poco más amigos y menos desconocidos. Muy bueno ese tiempo de reír en los funerales.



Las niñas se apartaron de la cancha, heridas y sudadas. ¿Segundo tiempo? Mierda. Comenzaba el segundo tiempo, la revancha del partido. Estaba mas confiado esta vez.



Quería sentir mi sangre fluir de mi cuerpo, quería estar a la par de la mayoría, con alguna parte del cuerpo raspada. Me impresionaban estas ganas nuevas que nacían en mi, era la sed de sangre.



Corrí corrí encontré mi chance Uno de los suéteres negros el equipo rival llevaba el balón venia hacia mi corrí a su búsqueda el era un tipo rudo yo apenas aprendiendo pero allí iba la embestida el corría cerca de la línea de saque y lo único que se me ocurrió fue lanzarme cual león a gacela pero éramos dos leones el choque lo saco de la línea y me lanzo a mi al suelo a esa grama marchita sin vida llena de pequeñas piedrecillas que rasgaban mi piel.



No lo sentí hasta que me levante, allí en mi brazo izquierdo, había un cosquilleo que hacia mucho no sentía. ¡Lo sentí! Me raspe codo, dedo, muñeca todo del lado izquierdo. ¡hijueputa estoy vivo! Sentía ese ardor, estaba vivo. Sentí el rugby.



Gracias a dios o al diablo, después de mi iluminación, el capitán del equipo en el que jugaba era brutalmente masacrado por “Sansón”, un loco respetado por sus ganas de matar en la cancha. Sansón se había lanzado desde atrás y así tumbo al pobre capitán a unos centímetros de llegar al final de la cancha para anotar. El capitán no se levanto, el dolor era evidente, sansón lo había acribillado, Menos mal le hui todo el partido, ese en el piso, agarrándose el tobillo con dolor, pude ser yo.



Luego de esto el partido, guerra, locura, que se yo, termino. Pero nadie estaba enfadado con nadie, éramos los mismos que llegamos, el partido se había llevado el odio y la rabia acumulados de la semana, éramos unos leones rehabilitados.



Jugué rugby, me heri, bueno una pendejada, pero me heri. Sentí la sangre, sentí la vida salir de mi. Mi corazón, mi espíritu, todo estaba en armonía.



Estoy vivo, hijueputa, estoy vivo y regresare para morir otro día, para revivir con mis heridas.




Autor: Dave Guzman.

No hay comentarios: