miércoles, 21 de septiembre de 2011

LO QUE NOSOTROS QUEREMOS DE ELLAS Y LO QUE ELLAS QUIEREN NOSOTROS.



Hombres y mujeres, especímenes que algunos creyentes suponen hechos por un Dios y otros no tan creyentes vinculan con los monos. Desde mi humilde punto de vista, cada quien tiene su opinión y cada una es respetable. Tal vez somos fruto de un Dios mono, ¿por qué no?

Diferencias, hasta Dios las tiene con el diablo y los monos con sus enemigos naturales, los seres humanos. Pero en realidad ¿qué queremos?, que nos hace olvidar esas diferencias de género por un instante en nuestras vidas y juntar a estas maravillas de la evolución, o de la creación, en parejas.

La respuesta es muy sencilla e incluso impúdicamente sencilla: Culos!. Si, culos. Lo que Adán más adoraba de Eva e incluso lo llevo a su pecado. Por morderle el culo a Eva, Adán fue acribillado. Es que si examinan bien, Eva tenía un culo en forma de manzana y bueno ya saben que cualquier hombre decente peca por un buen culo.

Las mujeres no se salvan. Viven pendientes a los culos, ven futbol solo para morbosear el culo de algún jugador. Siempre se me hizo raro esa costumbre de las mujeres a criticar culos, son mejores que nosotros para eso. No solo se conforman con la crítica, pues las muy suertudas tienen el permiso divino de nalguear a sus amistades, pero aun con ese derecho del cielo, se quejan de sus otros derechos. Creo que más de un hombre estaría dispuesto a tener un sueldo de mujer si ellas nos incluyeran en esos juegos sexuales y picaros que tienen entre ellas.

Los hombres somos básicos, queridas, los hombres queremos buen culo y buenas tetas, que nos permitan una agarradita de nalga de cuando en cuando. Ustedes las complicadas mujeres, que si el carro, que si la billetera, que si el trabajo, que si esta bueno, que si es fiel. Todo en lo que se fijan solo para tener el culo de un hombre. La diferencia es que nosotros queremos sus culos para el bien, para follarlos, besarlos, pelliscarlos y amarlos. Pero ustedes quieren nuestros culos, para tocarlos y sentir la billetera, nalguearlos por su mal comportamiento y herirnos con el uso ofensivo de la palabra culo: Eres culo de malparido, eres culo de hijo de puta, eres culo de infiel.

En conclusión, hombres y mujeres queremos lo mismo, pero con distintos fines. Nosotros somos más de fines de semana y ustedes, mujeres, son de fines de salud, pensión y vida!  Así podemos ver que el termino, ‘te quiero romper el culo’ tiene distinta relevancia para cada género. He dicho!

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